Trastornos de la personalidad

Personalidad

El concepto de personalidad se refiere al conjunto global de características psicológicas que posee o tiene una persona y que la hace única entre los demás en su forma de ser. Incluye  la forma o manera de percibir la realidad ,  de pensar, de sentir y de responder ante las circunstancias del mundo.

En la persona adulta la personalidad suele tener una cierta estabilidad en el tiempo, de tal modo que esos patrones de comportamiento, admiten un cierto, siempre relativo, nivel de predictibilidad.

La personalidad esta formados por rasgos, patrones, tendencias, que son los determinantes que llevan a cada persona a actuar, sentir o pensar de una determinada manera. La personalidad se va formando y conformando con el paso del tiempo, especialmente en la infancia y adolescencia, aunque, nunca deja por de evolucionar.

Estos rasgos de personalidad deberían ser flexibles, funcionales y adaptativos. Ocurre, que, a veces, en determinadas personas no es así. Entonces esos rasgos pudieran convertirse en disfuncionales o, incluso, si se alejan mucho de esa adaptabilidad, enfermizos o patológicos, bien para el propio individuo del que pudiéramos estar hablando causándole un malestar subjetivo, bien para los demás, para el resto de la sociedad, o para ambas partes.

¿Qué son los trastornos de la personalidad?

Los trastornos de la personalidad son un grupo de condiciones mentales caracterizadas por patrones de pensamiento, comportamiento y emociones persistentes que se desvían significativamente de las expectativas de la cultura de la persona. Estos patrones afectan la manera en que alguien percibe, se relaciona con los demás y maneja las situaciones cotidianas. Los trastornos de la personalidad suelen ser estables a lo largo del tiempo y pueden afectar la vida social, laboral y emocional de la persona.

Según sus características comunes, se dividen en los siguientes grupos:

TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente, con escasa flexibilidad, de percibir el mundo y de comportarse  ante él, y que se aleja de forma notable de lo esperable o predecible según el entorno social y cultural de la persona, teniendo su inicio en la adolescencia, no siendo sus rasgos o características funcionales y no facilitando, por tanto, el nivel de adaptabilidad y produciendo malestar a la propia persona y/o a los demás.

Clásicamente, según la OMS y las organizaciones más importantes a nivel mundial en Salud Mental, se habla de tres grandes grupos de personalidad, basándose en las similitudes de sus rasgos:

El grupo A

incluye los trastornos de personalidad de esas personas suelen calificar como de personas raras, excéntricas (trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico).

El trastorno paranoide de la personalidad

es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.

El trastorno esquizoide de la personalidad

es un patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional.

El trastorno esquizotípico de la personalidad

es un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.

El grupo B

se refiere a esas personas donde predominan los factores emocionales, emotivos y, frecuentemente, inestables (trastornos antisocial, límite y narcisista de la personalidad).

El trastorno antisocial de la personalidad

es un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.

El trastorno límite de la personalidad

es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad.

El trastorno histriónico de la personalidad

es un patrón de emotividad excesiva y demanda de atención.

El trastorno narcisista de la personalidad

es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.

El grupo C

engloba a las personas ansiosas/temerosas (trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad).

El trastorno de la personalidad por evitación

es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.

El trastorno de la personalidad por dependencia

es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.

El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

es un patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control.

No es poco frecuente que algunas personas puedan presentar, al mismo tiempo, rasgos o características de varios trastornos de la personalidad, incluso de grupos distintos.

Para un profesional en salud mental el enfrentarse a los problemas de personalidad en uno de los mayores retos profesionales, necesitándose un alto nivel de formación y de experiencia para ello, dada la dificultad que intrínsecamente tienen estos.

NO ESPECIFICADO

El trastorno de la personalidad no especificado es una categoría residual disponible para dos casos:

A,

para cuando la persona no cumple con los criterios generales para un trastorno de la personalidad, pero si se valora la existencia de rasgos de personalidad disfuncionales y desadaptativos, dándose características de varios trastornos de la personalidad diferentes, pero no se cumpliéndose criterios para ningún trastorno específico de la personalidad.

B,

para cuando los rasgos de personalidad de la persona no cumplen el criterio general para un trastorno de la personalidad, pero si se considera que esta tiene rasgos notables que no está incluidos en la propia clasificación (p. ej., el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad, personalidad neurotizada, etc.).